28 de mayo de 2008

Relato inconcluso sobre maderas que cruzan ventanas

Nos embarcamos en el análisis interpretativo de la imagen que en esta oportunidad nos acompaña. Vamos a imaginar la propuesta de un modo similar a la lectura de la borra de café o el test de las manchitas, o incluso la humedad de alguna pared, si se quiere. Confieso que la idea la robé de un semillero de neuróticos.

Dispongámonos, pues, a asignar sentidos, sin perder de vista que son MIS sentidos, que es MI ventana y son las maderitas de MI persiana las que reposan del otro lado de MIS rejas, con lo cual es poco probable que esto vaya a serles útil si es que acaso no anduvieran en la búsqueda del ocio o quizás me conocieran.

Hubo un tiempo en que en el espacio que va entre la reja y la ventana nos encontramos con Tito, protegido de mí, protegido del exterior. Hubo un tiempo en que el vidrio estaba cerrado y yo estaba más acá. Hubo un tiempo posterior que fue cuando las maderitas empezaron a desprenderse de su soporte (la persiana), escapando de la protección del parasol, para quedar expuestas, y así como partes fragmentadas de un todo, ante cualquier tipo de inclemencia climática o humana.
Sin embargo, en ese tiempo, que es el hoy, notamos (noto) la presencia de una maderita fuera de ese más allá que delimita la reja. Hay fragmentos que todavía no se animan a la exposición y prefieren la comodidad de la sombra. De ellos no reniego, los acompaño (ME acompaño) en su proceso.

Así, en esta imagen que va de la oscuridad a la luminosidad, me identifico. Así, como en la humedad de las paredes es posible ver fantasmas y en las borras de café mujeres ahorcadas y en las manchitas, sangre, sangre y más sangre, aquí hay estructuras que se cruzan y fronteras que se diluyen...

9 pinceles hicieron su aporte:

Mariana dijo...

Hola a todos, fueron unas semanitas en las que me dediqué a hacer otras cosas. Por un lado por falta de pc, por el otro lado porque andaba precisando de vacaciones. Gracias por acercarse nuevamente.

kike dijo...

Querida y nunca bien ponderada Mariana: El vuelo de una mariposa en China causa un tifón en el Caribe. Supongo que el terremoto en China desprendió esas maderitas de tu ventana. Bastante bien la sacaste esta vez. No obstante creo deletrear un mensaje encriptado en la aparente caprichosa (y algo obscena, bueno, cada uno ve lo que quiere, ¿no?) posición de las tablitas. Yo veo tres, que de por sí ya representan un número cabalístico. Tres es la Santísima Trinidad, tres son las parcas, tres son los tres chiflados y tres son las trilogías de películas más taquilleras. Tres son los tigres que comen trigo, ¡y ojo que los tigres no son vegetarianos! Algún anuncio encierran esas maderas, aparte de que ya es hora que cambies las persianas. ¿Qué oculto misterio amenaza el orden establecido de tu aposento? Quizás parte de ti quiere escapar como esas cándidas maderitas que juguetes del viento son. ¿Hay una envidia latente en tu corazón hacia esos inocentes palitos por permanecer detrás de esas castradoras rejas mientras ellas se esparcen, se regodean y retozan sobre el techito. O acaso te reconoces en ellas en tu afán de desprenderte y volar impulsada por las fuerzas incontrolables del destino.
En ese caso esas maderas y vos ..”son del palo”, Mariana, sin dudas.

Animoc dijo...

Que dificil se hace cuando son "tus" maderitas, si fueran "mis" maderitas, la cosa vendría por otro lado, pero al ser las tuyas poco puedo hacer para intentar convencerte que no son los fantasmas en borras de café o murcielagos de tinta roja (sangre) en papel. Si fueran mis maderitas serían las maderitas que ahuyentan los fantasmas, me gusta pensar que para vos puedan ser lo mismo.

Mariana dijo...

Kike: interesante, muy interesante, lo que mencionas respecto al tifón y sus efectos, yo simplemente lo hubiera llamada "efectos del paso del tiempo, degradación natural del material sin mantenimiento", pero cuánto más precisa es vuestra precisión. Respecto a los cambios... la noción de "orden" es muy subjetiva y demasiado cultural como para individualizarla, viene siendo tema de discusión en las últimas semanas. De momento, su lectura semiótico-estilística del "3" es alentadora, si es que acaso me empeñara en seguir dándole sentidos a cosas que carecen totalmente de él. Me reconozco en las maderas, y quiero volar, lo que sucede es que también quiero controlar el destino. Alguna receta?
Besos de lo más altamente ponderables.

Animoc: Qué leíste? O, en todo caso, qué quisiste decir?
Gracias por pasarte, besos.

Animoc dijo...

No leí, hace mucho vi una película (creo que austríaca) sobre un vaguito que cargaba maderitas para no se que exorcismo, las maderitas lo mantenían en esta dimensión. Y bue...si ya se me colgué.

Mariana dijo...

Animoc: ah entonces tu comentario no tiene nada que ver con lo que yo escribí.... qué falta de contextualización que devela su respuesta. Señor, sepa que espero más de ud.

Anónimo dijo...

ay de tus maderitas, que van huyendo, en silencio, hacia el bosque ya demasiado lejano.

parte de tí se va con ellas, en busca del retorno a la tierra.

Soy Luz dijo...

Excelente! muy original; muy real y al mismo tiempo muy ambiguo. La capacidad de encontrar en la sencillez de las imagenes diarias un significado tan amplio, hace del texto una experiencia imaginaria que permite sacar conclusiones propias. Mirar lo sencillo, lo cotidiano es lo que nos hace falta a todos,(vos lo lograste). Creo que desde allí, desde lo micro se encuentra lo macro, grandeza que todos buscamos.
saludos

Anónimo dijo...

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