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11/01/2011

Soy

La primera pregunta es la que se mantiene estática a lo largo de los tiempos y los espacios. Invariable, a diferencia de su respuesta, que parece que cambia de muda en cada cruce de calle, en cada vuelta de esquina: quién soy?

Soy. Es lo que puedo decir de mí. No sé si tengo un alma, un espíritu, una esencia... mi tendencia al racionalismo lógico me impide admitirlo, salvo en momentos de extrema perturbación o debilidad. En cambio, sé que tengo un cuerpo, uno bastante grande y notorio, por cierto. Por supuesto que la Química, la Física, y la Anatomía no me alcanzan para explicar (ni para entender) esto que estoy haciendo en este momento, que es una reflexión... no sé cómo ni por qué se produce, tampoco sé por qué existen las dudas. En cambio, sé que son motores de cambio y movimiento y con eso (por ahora), me alcanza.

(Me) resulta curioso lo simple que resulta, a veces, saber quiénes son los demás. Aquél, éste, o el de más allá. Con ellxs no existe la clemencia de la duda, la contemplación de los cambios internos. Ellxs son y han sido así, y es poco probable que vayan a cambiar. Demás está decir que son definiciones prácticas que, por lo general, no vienen más que a justificar mi grado de relación con tal o cual persona. Definir a lxs demás para definirme a mí. Así puesto, no suena demasiado a buen camino.

Y el panorama empeora si pienso que este mecanismo me puede ser aplicado a mí. Seguramente, yo también soy y he sido así para vos, para ella, o para él, o para ellxs. Y es un problema cuando compruebo que no, que claro que no fui siempre así, que antes era otra sin ser Otra. Me duelo conmigo, no estoy en paz con mi pasado ni sé cómo estarlo. Y cuando pienso que soy mi pasado y lo seguiré siendo para siempre y para tantxs, se desvanece mi capita de nomeimportaloquepensesdemí, y pido otra oportunidad.

Vuelve a resultarme curioso, parece que le estuviera hablando a alguien que no soy, pero en el fondo sé que no. Que si me miro hoy al espejo y todavía no me reconozco, tampoco aquella imagen vieja hace sentido.

Soy, entre tantas otras cosas, una persona insegura.

05/09/2010

¿Dónde está el deseo?


Asfixia.
Es la sensación que conozco cada noche, como si fuera la primera vez, cuando me acuesto y mi pecho se cierra, busco la manera de hiperventilarme y siento más tierra que aire circulando en mi sistema respiratorio. Parte de la estación.

Raíz.
Es mi ancla, que sabe asirse al suelo que toca cuando le gusta, pero también tirar con insistencia hacia arriba cuando el aire se escapa, hasta que se leva o los bronquios se dilatan.

Voluntad.
Mi fuente de energía primaria, cuando escasea aprendo sobre la respiración anaeróbica y duermo... y duermo. Se dice autosuficiente, pero un análisis más minucioso muestra que se nutre de los afectos del entorno, de la luz del sol, de las satisfacciones del pasado-presente y de las expectativas futuras.

Sentidos.
Vías de percepción y transmisión de impulsos nerviosos que a veces generan placer, y otras no. Mis preferidos, el tacto y la vista. Ojo! Las imágenes táctiles y visuales pueden ser portales de acceso a oasis de oxígeno que, muchas veces, no son más que espejismos.

Deseo.
Ahí voy yo, cuestarriba-cuestabajo. A veces parece que cambio de rumbo como veleta, que me aburre la vida de meseta y necesito correr al borde del abismo. Levar anclas, hacerme eco de la voluntad que reclama dejar los espasmos para otro momento y salir en busca del oxígeno. Ahí va el deseo, furioso, impertinente, sagaz, más por la sombra que por la luz, copando un espacio y vaciando otro, doliendo en angustias pequeñitas, casi imperceptibles por lo salteadas. El deseo se constata en la falta, y la voluntad persiste.

11/06/2010

Elige tu propia aventura



Y así fue como empezamos a recuperar la eternidad que habíamos pasado juntos sin conocernos. 

Es solo cuestión de química. Y eso se sabe en un cruce de palabras, o de miradas. Y pasó que nos cruzamos por primera vez en una esquina, nos reconocimos y echamos a andar. El mundo se hizo chico cuando lo recorrimos a lomo de patineta, una y otra vez, en una tarde, en una plaza, en un barrio cualquiera. 

Usar esas palabras, que son claves que despiertan cadenas de imágenes, recuerdos, sonidos y sensaciones en general, que van a cruzarse con las del otro, que está ahí en frente usando la palabra que es clave. Y el sentido es el que una quiere que sea, y el otro consensúa en un gesto, y al revés vuelve a empezar. 

La ilusión de la totalidad, por muy efímera que sea, es incomparable. El sentimiento de encontrar en un primer zarpazo a ese alguien que es como una, que nos identifica, que nos entiende. Sucede que a veces las explicaciones están demás porque la identidad es tal que las experiencias parecen las mismas... o taaan parecidas.

Y si vos estuviste ahí y me viste tal como yo quise que me veas? Y si vos sentiste eso que yo también y con la misma intensidad? 
Y luego, narciso: "quizás un día llegue en que la ilusión no se desvanezca". 
Y luego, las voces: "quizás un día llegue en que la ilusión se resquebraje y se produzca el encuentro".

Elige tu propia aventura.

09/04/2010

De por qué soy como soy





H: -Mejor cambio el regalo, ya se me ocurrió algo mejor.

Mamá: - ¿Qué cosa?

H: -Un álbum de fotos hecho a mano, con momentos de los últimos dos años.

Mamá: -No entiendo, ¿cuál es la utilidad de eso?


Y así, me criaron. 

25/03/2010

Yo construyo


Me he dado cuenta de que mi ego anda herido.

La sinapsis falla. La cabeza está por el piso, los pies a veces no responden. Además, he perdido gran parte de mi capacidad expresiva. A veces ni queda la sintaxis. Más evidente, aún, es que estuve de viaje por tierras hermosas, pero el retrato que elijo para ilustrarlo es interno.

Esta es la isla de los inventos (Rosario). La tarde fue un retorno a la infancia entre legos y pócimas optimistas, arquitectura revisada con edificios modernistas en madera y una casa con techo a dos aguas de hierritos que aprendí a soldar -con puerta y sin ventanas, todavía me falta cancha-. Jornada que cierra con la flor que bordé en una manta colectiva de recuerdos.

Lo visto es que no inventé nada nuevo, tampoco. Pero construí, uní piezas. Y mirá que es retorcido llegar a lo positivo entre adverbios de negación y nexos adversativos, pero se llega. Al menos el título de la entrada es asertivo.

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Tengo un ego que necesita curarse y estamos tratándolo por medio de diferentes terapias. Queda el lector advertido frente al contenido de futuras entradas.

08/03/2009

Mediaciones personales

Llegué a la habitación y lo puse en la cabecera. Figura ilustre que marcó la historia y la memoria de mi patria en un siglo que no viví sino a través de ficciones históricas y noveladas. Institucionalizarlo como criatura al mando fue parte mi proceso de apropiación del espacio. Sin embargo, mi perversión se hace presente. Una vez más hago lugar en el podio para una figura cuyo mérito es indiscutible, pero de cuyo accionar me han sido enseñadas consecuencias lamentables (Véase: Tito, Nehru, Franklin...).

Afrontémoslo: tengo una fuerte tendencia a desligarme de lo que sucede a mi alrededor. Voy por la vida, feliz y campante, creando personajes a los que otorgo un protagonismo esencialmente ineludible. Ellos están ahí para hacerse cargo de mí, a través de mis escritos, claro. 

Ahora, el factor mediático. La explicación ocurrente implica una serie de disquisiciones enrevesadas acerca de la presencia de medias en distintos tonos de gris, colgando sobre una percha morada, atravesando un ángulo inferior del prócer que, y no es un detalle menor, se encuentra grabado en una copia fiel de un billete de $20. Las medias están goteando. La lectura metafórica indica que el cielo está cargadito y violento, que las nubes pesadas inician su descarga delante de un fondo prístino en el que destaca la imagen, ya empañada, del héroe. Mis ganas piden que el billete se venga abajo, no importa cómo. 
El factor realidad, telón de fondo de toda interpretación, indica que las medias se secan al aire de la calefacción, tras salir de la lavandería y que la cinta de papel con la que el billete está fijado a la pared es de buena calidad.

Datos de último momento: la autora se ha aliado a dos personajes, prestos a ser presentados pronto, con claros fines de disidencia y rebelión. Saludos, camaradas. Los mantendremos al tanto de los avances y retrocesos. 

13/09/2008

Filtros


El extrañamiento se escapa casi siempre de dónde no esperamos que escape. El extrañamiento nos sorprende a veces, pero otras veces (y está bueno, y es válido), nosotros salimos a ver si lo sorprendemos.

Desde hace unos días gozo a diario de extrañarme con la belleza de los lapachos de mi cuadra. Como casi todo lo que pasó este año, los lapachos llegaron antes, pero, a pesar de su destiempo, están aguantando las rarezas del clima iverno-primaveral y parecen tener toda la voluntad de estar presentes hasta el día 21 del mes. De cualquier modo, empiezo a preguntarme si seré capaz de tolerarles la ausencia. 

Los lapachitos y sus ramales me filtran. No me pierden, cada vez que los veo me siento filtrada y luego infiltrada. Confundida, trasladada, levemente desfigurada. Ahí está el extrañamiento.

La conclusión (y cómo no sacar al menos una en esta tarde de ocio): extrañamiento y filtración van de la mano. Me voy (o me sacan) del lugar cotidiano llevándome a un espacio otro, habiendo tenido que dejar parte de mis constituyentes en la puerta, para recuperarlos (o no) a la salida. 

Me gusta, me gusta mucho filtrarme, pero me resisto a la incertidumbre de no encontrar el camino de vuelta y eso, amigos, pesa. Mientras busco modos alternativos de destruir mis defensas, disfruto de las filtraciones, siempre oportunas, que encuentro entre reja y reja. 

16/06/2008

Presente

En estos días me quitaron mi derecho al pasado y casi en un mismo movimiento me fue vedado mi derecho al futuro. Yo asistí genuflexamente a cada una de estas dos prohibiciones. Mi cerebro, entretanto, ya empezaba a poner en acción algún tipo de mecanismo que me preservara de perder mis recuerdos, mis sueños y mis ilusiones.
Esta mañana recordé este pequeño desliz de mis pensamientos. Me tomé cinco minutos para terminar el escudo de defensa iniciado que viene a reforzar la ilusión de mi libertad, helo aquí.

Dadas las circunstancias, me veo en la obligación de hacer uso de los valores atemporales y ahistóricos que desde pequeña me enseñaron que tenía el presente. Es así como produzco el reordenamiento de la concepción judeo-cristiana occidental del tiempo: ¿es acaso posible concebir un presente en simultáneo con otros presentes (mi pasado y mi futuro, pero vistos en otros términos), es decir siendo éste extensivo a todos los hechos que, siguiendo la linealidad cronológica del calendario, acontecieron y también a aquellos que podrían acontecer?

Mi impresión, una vez más, es genuflexa. Sin embargo, no perdamos de vista que esto es sólo así porque a mí me conviene. De momento, gozo de demandas atrasadas y de necesidades futuras que me asaltan, todas a un tiempo. Un presente siempre a punto de saciarlas, un presente siempre a punto de dejarlas partir.

28/05/2008

Relato inconcluso sobre maderas que cruzan ventanas

Nos embarcamos en el análisis interpretativo de la imagen que en esta oportunidad nos acompaña. Vamos a imaginar la propuesta de un modo similar a la lectura de la borra de café o el test de las manchitas, o incluso la humedad de alguna pared, si se quiere. Confieso que la idea la robé de un semillero de neuróticos.

Dispongámonos, pues, a asignar sentidos, sin perder de vista que son MIS sentidos, que es MI ventana y son las maderitas de MI persiana las que reposan del otro lado de MIS rejas, con lo cual es poco probable que esto vaya a serles útil si es que acaso no anduvieran en la búsqueda del ocio o quizás me conocieran.

Hubo un tiempo en que en el espacio que va entre la reja y la ventana nos encontramos con Tito, protegido de mí, protegido del exterior. Hubo un tiempo en que el vidrio estaba cerrado y yo estaba más acá. Hubo un tiempo posterior que fue cuando las maderitas empezaron a desprenderse de su soporte (la persiana), escapando de la protección del parasol, para quedar expuestas, y así como partes fragmentadas de un todo, ante cualquier tipo de inclemencia climática o humana.
Sin embargo, en ese tiempo, que es el hoy, notamos (noto) la presencia de una maderita fuera de ese más allá que delimita la reja. Hay fragmentos que todavía no se animan a la exposición y prefieren la comodidad de la sombra. De ellos no reniego, los acompaño (ME acompaño) en su proceso.

Así, en esta imagen que va de la oscuridad a la luminosidad, me identifico. Así, como en la humedad de las paredes es posible ver fantasmas y en las borras de café mujeres ahorcadas y en las manchitas, sangre, sangre y más sangre, aquí hay estructuras que se cruzan y fronteras que se diluyen...

05/04/2008

Guía(me)

La que me antecede es una flecha, en caso de que alguien lo haya dudado. Dónde irá? E incluso antes, de dónde saldrá?
Yo? Salgo a buscar unas cosas y encuentro otras, cómo puede ser? Camino buscando basura, recuerdo de pronto un flechazo y me siento perdida. Cómo puedo recordar un flechazo que nunca sentí? No importa, lo importante es que me olvidé y pasé a las flechas, porque era lo que estaba viendo (y así de poco abstracto es mi pensamiento).

Es que una tarde, en el diván, indagaba mi infancia no retornable (a veces por suerte, otras no tanto) y no veía más que burbujas de esas que hacemos con detergente y agua para después reventar (plop, plop) Y así, ahí dentro no lo encontré (qué será, qué será) . Pero vi en el cielorraso la marca de un cable que llegaba hasta un ángulo y ahí estaba mi guía. Mi punto de fuga, mi escape. Y encontré una herramienta nueva.

Ahora que en todas las habitaciones rectangulares hay al menos cuatro flechas que indican cuatro posibles realidades alternativas. Y nosotros, por lo general, quedándonos en el "encerrado entre cuatro paredes". Cómo nos gusta negarle espacio a la creatividad y a la imaginación.

Estoy aprendiendo a intentar mientras llega algún guía que me saque a pasear. Hoy no espero que me abran la puerta para ir a jugar. Sucede que aún no sé coser ni sé bordar.

23/03/2008

Pascuas de resurrección

Qué fue primero, el huevo o la gallina?

Almuerzo dominical: Muslo y pata. Muslo y pata. Muslo y pata. Muslo y pata. Por cuatro. Cuatro bolsas con cuatro piezas de pollo cada una. Hongos deshidratados, zanahorias. Juguito.

Si nos cortan las piernas ya no corremos. Tampoco volamos, por muy aves que hayamos nacido. Una mano corta la grasa y entre todos podemos hacerlo juntos. O era que las manos se lavaban las unas a las otras?

Quise comer huevitos, pero los pollos resultaron más accesibles. Y cómo? Como siempre, las causas son múltiples, los factores que convergen, variados. No los analizaremos. Aunque confieso que tuve la intención.

Este pollo se nos vino encima, y fue más barato que el huevo y que la gallina (también que las vacas). Ahora creo comprender que, antes de caer en disquisiciones filosóficas de irresolución laberíntica, los enigmas existenciales deberían resolverse haciendo uso del sentido práctico (y) social.

Antes que las respuestas, han de cambiarse los focos de las preguntas. Y es que, aunque desconozcamos el momento de su llegada, sabemos que hoy el pollo fue primero (de la góndola al carro, y de allí al paladar).

14/03/2008

Acordes de Babel

Y qué pasa si un día lo logramos?

Yo hacía bastante que no me encontraba de golpe y porrazo con cuerdas. Primero vi la imagen y era un cielo al que intentaban atrapar entre cables. Querían apresarlo, ahorcarlo hasta concluir en degollarlo, si es que acaso esto fuera posible. Iba a escribir acerca de la falta de libertad y la opresión y la represión y la depresión y la decepción y... una vez más, pero no.

Es que después me figuré la imagen como un encordado. Un cielo cableado que se volvía en instrumento al alcance de todos. Porque claro, no era cuestión de esperar a musas inspiradoras o poderes divinos que desde arriba ejecutasen música celestial para nuestros oídos, sino de poner una escalera tras otra hasta alcanzar la postura cómoda que permitiera la interpretación y posibilitara, incluso, la creación.

Ahora me represento los cablecitos como una cima babélica. Inalcanzable? No. Desafiante? Sí. Palpable? En extremo.

Sin llegar a electrocutarnos, yo quiero que escuchemos los acordes terrenales de Babel. A ver qué pasa.

23/11/2007

Educación sentimental


Siesta de pre-verano (furiosa), yendo del estudio al living (trillado). Reconstruyamos la trayectoria del héroe.

Un sujeto (ella), se pone en pos de un objeto (la reunión familiar). Tres pruebas, un obstáculo. Prueba calificante: decidirse a salir del estudio. Prueba decisiva: no-arrepentirse en el trayecto que atraviesa el patio, cruza la cocina y gira en el comedor (dominical). Prueba glorificante: aterrizar en el living.

El patio pateó. En un stop violento, ella reconstruyó la trayectoria de otro héroe. El héroe viejo que fue (que es) ella. No pensó pruebas ni objetos, reconstruyó experiencias: lecturas, visiones, espacios (oh tierna infancia!). Causas-consecuencias (matizadas): apropiaciones, usos, re-representaciones de las páginas que una tormenta, tan furiosa como el sol que seca, mojó.

El sujeto (ella) anduvo en pos de dos objetos. Más tarde que temprano, el aterrizaje se dio (cedió).

Educación sentimental y un LP de Cantaniño.

02/10/2007

Cuenta corriente

Llegan, toman una mesa, se acomodan. Piden una carta, eligen su cena, hacen cálculos, modificaciones, la encargan. Llegan la cerveza y el maní, se sirven y continúan la charla. Una está cansada, la otra deprimida y la tercera exaltada. La charla? bien, gracias.

Orden del día: anécdotas recientes, silencio incómodo, preguntas capciosas, argumentaciones esperadas (que no esperables), preguntas retóricas, cierre y abrazos. Contenido específico: la primavera, lo efímero, la actitud, el miedo, la y las distancias.

Conclusión del cierre: la flor de lapacho, entendida com LA flor de Tucumán, en su esplendor, cautiva. La flor del lapacho cae prematuramente, incluso antes de que empiece la primavera. Ellas se creyeron parte del lapacho y vieron la copa vacía. Se retiraron.

Conclusión de la exaltada (poscierre): a veces la primavera se transforma en EL sueldo del mes que viene, ése que ya llega, ése que se espera. Para ir tirando, mientras tanto, se saca algún que otro adelanto. Primero de mes y la cuenta corriente marca 0, otra vez.

11/09/2007

Interminable


Hoy es uno de esos días en que siento que el teclado de la computadora se volvió de una extensión infinita y las horas que pasé sentada frente a la pantalla se hicieron al menos tan amplias como la concepción que mi mente puede llegar a procesar de lo que las dimensiones del universo implican.
Veo las letritas borrosas y mis dedos ya ni se detienen para articularse con las órdenes que les son enviadas por el cerebro. Esto es lo más cerca que ellos se han sentido de la escritura automática, y seguramente está bastante lejos de lo que los escritores surrealistas hayan llegado a practicar.
Imagino los contornos de las letras en un baile armonioso coreografeado a lo contemporáneo, inevitablemente sus movimientos me remiten del contorsionismo (o contorsionamiento?) de los cuerpos a los curvados pliegues de mis sábanas.
Es en este preciso momento cuando tomo conciencia de que mi lugar está allá, arriba, a la derecha de la silla del escritorio, sobre el colchoncito almidonado que me espera y me cuestiono si esto que escribo no será quizás una pérdida de tiempo....
Todo suena demasiado relativo y, al tiempo que una lágrima de sueño se resiste a desprenderse de mis pestañas, tomo conciencia (por segunda vez en tan breve período) de que, con certeza, éste no es un buen momento para cuestionarme nada.
Buenas noches, buenas tardes, buenos días.

12/08/2007

Rejas


Tengo tendencia a borrar los límites entre lo metafórico y lo literal. Suelo perderme en las cavilaciones de lo figurado.
La libre asociación de ideas siempre me pareció un método de lo más motivante a la hora de salir a caminar y aunque siempre tenga el mismo recorrido exterior, los caminos internos rara vez siguen huellas.
Este no es un post depresivo, aunque sí revelador de la opresión en la que a veces me siento embargada. Un poco de incomunicación, un poco de la propia soledad.
Allá la luz, en la sombra yo. Será cuestión abrir la persiana y ponerse a limar!
 
 
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