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01/04/2016

Propósito

                                                                                  Foto: Mili Mariona
       
Lo que quiero es tener con quien compartir estas estrellas.

12/07/2012

Decisiones equivocadas

Las decisiones equivocadas nunca son las que una espera tomar. Tienen la suerte (buena o mala no se sabe) de existir siendo no queridas, más bien odiadas y generadoras de frustración y angustia.
Las decisiones equivocadas son un hecho cotidiano con el que, de mejor o peor manera (según el ojo que observe), buscamos aprender a lidiar. 

A veces, resulta que las decisiones (las equivocadas y las otras) tienen consecuencias que, a su vez, tienen consecuencias que generan efectos materiales en las vidas de las personas que toman las decisiones y también en las de quienes las rodean. Ahí, la joda es que ya no hay retorno y aparece el clásico "hacerse cargo", consigna ético-moralista bajo la que hemos sido criados quienes crecimos bajo el yugo de la cultura judeocristiana (la culpa no perdona).

Y así, la que en un principio era una de varias opciones... aquella por la que una creía solo correr un leve riesgo, de pronto se ve transformada en una bola que crece mientras rueda pisándonos los talones a una velocidad variable pero que, por lo general, no nos deja tiempo más que para dar uno que otro tropezoncito a paso ligero.

Yo? Soy torpe, tropiezo fácil y me equivoco. Aquí me encuentro, en plena búsqueda de aprendizaje, a la sombra de la bola gigante.

22/02/2012

Silencio

Por un tiempo las imágenes van a quedar de lado. Es que me está costando encontrarme representada en ellas, me estás costando encontrarlas y ha resultado ser que, en esta vuelta, ante la duda prefiero el vacío.

No es un silencio, aunque seguramente habrá quienes así lo consideren. Incluso quizás, si fuera un silencio sería lo más saludable para mí en este momento. Silencio. Afuera las voces que no dejan de cacarear, que rechinan los dientes en cada bocado, que no se bastan con sus sonidos guturales (ruido) y los acompañan con música y tv, todo el pack. Silencio. Afuera los motores que arrancan en el estacionamiento, que espero que no se transforme en edificio, que dejen de tirarle sus árboles. El portón que se abre, el portón que se cierra, el aceite que le falta a sus bisagras para dejar de despertarme cada vez. Y esas voces chillones que no se callan. Qué les pasa?

Silencio.

Sin embargo las imágenes que puse nunca me han hecho esos ruidos. Me han incomodado, me han hecho reír otras, me han identificado. Pero nunca de esos ruidos. Encontrar la sintonía de la imagen y la palabra era mi punto de equilibrio. Un equilibrio que ha perdido su balance, que necesita de silencio, pero que apuesta a dejarse estar el tiempo que tenga que ser. Que la falta de imágenes no alerte más de la cuenta. La falta de imágenes, la ausencia fotográfica, no traerá el silencio que imagino, el silencio aquel que espero. La falta de imágenes tan solo será la evidencia de que algo está intentando cambiar para recuperar el equilibrio anteriormente instaurado. Identificar el punto en el que me conmovido.

Dicen que los cambios tardan en hacer sentir su efecto, los días pasan como gotas de lluvia que se amuchan antes de caer y luego se van en la velocidad de la caída hasta llegar al suelo  (y las voces no me dejan escucharme, no puedo concluir una idea, una imagen, una metáfora. Silencio!). Y las imágenes no llegan y las palabras no se escriben, y ya hasta cuesta acostarse en un diván para hablar de una misma.

Dicen por ahí que he sido puesta a prueba, antes me dijeron que iba a quedarme fuera de juego por no saber pedir. Yo me siento objeto de una apuesta que de a ratos me parece de mí contra mí. Pero sigo, de eso se trata. Y capaz que no vuelva a encontrar las imágenes, o que el balance aquel no vuelva a ser el mismo. Quizás no sea el silencio lo que busco ni lo que me atemoriza.

Quizás solo se trata de seguir y aprender a estar con lo que hay como se pueda.

14/02/2012

Tabula rasa

Cuesta sentarse frente a una hoja en blanco que se sabe que hace tiempo ya debiera estar escrita. Cuesta enfrentarse al abismo de la blanquitud, al no-contenido de ese vacío que solo de mí depende llenar.

Cuesta hacerme entrar las ideas, y mucho más cuesta que vuelvan a salir, las reformulaciones, el proceso. Dar cuenta de aquello que pasa dentro. Cuando se pierde el rumbo sin más

Y me enfrento a la hoja en blanco y la amenazo, todos los días a partir de hoy va a ser escrita, quizás sean solo unas frases sin sentido por día, pero no va a pasar más tiempo de silencio. Ella se ríe burlona, sabe que mis amenazas no sirven de nada o, mejor, que no es a ella a quien se dirigen. Son amenazas proyectivas, porque van de mí hacia mí, aunque las deposite en todos aquellos objetos que me rodean. Hoy: la hoja, que se resiste testarudamente a dejarse a escribir cada día, como yo me lo propusiera. Hoy: yo, que no puedo escribir cada día, como me lo propusiera.

Pasan las semanas y pasan las lecturas, se pierde el sentido de la voluntad inicial, caduca la sensación de progreso. Se pierde en el espacio aquel pensamiento que sí llegó a quedar plasmado aquella vez que me propuse iniciar. Porque yo pensaba que la clave de todo estaba en el comienzo, que una vez que escribiera la primera palabra, que cuando se acabaran las presiones externas, que cuando no tuviera fechas ni plazos... y he dado muestras de lo contrario. No respondo ni a la disciplina externa, ni a la interna. Es la desazón de la quietud.

09/09/2011

Con la leche en el ojo

Don't stop me now
-en la semana de Freddie-
 


Me sacaron el caramelo de un empujón justo en el momento en que empezaba a saborearlo. No fue divertido, no podría haberlo sido, y menos cuando era el caramelo más codiciado del momento, el último de la bolsa, y que (además) no era de envoltorio naranja sino del verdecito que me gusta. Ni siquiera le vi la cara al agresor, pero el golpe vino a través del teléfono y fue certero.

Mi celular indicó que "Sanlorenzo" me llamaba y sonreí. Era mi línea directa con el cielo. Pero es tan fácil invertir términos en estos días, que la voz tensionada del otro lado reveló en un par de palabras que para mí aún eran tiempos de terrenalidad, tiempos de continuar con mi búsqueda ansiosa. De cualquier manera, la casa era hermosa, y cada vez que la recuerdo me parece un poco más linda que antes. Las habitaciones, la sala, el patio, la cocina.... cuánto espacio para mí, poco queda en mi memoria de la humedad de las paredes, las puertas de 60 cms y la falta de iluminación... detalles menores y perfectamente solubles. Yo quería esa casa.

La ilusión duró aproximadamente 20 horas. El tiempo entre que di mi "Sí" definitivo y ellos su "No va a poder ser". Todas mis casas posibles se hicieron en mi cabeza. Los muebles fueron apareciendo, la distribución del espacio, el diseño de la habitación de visitas o un cuarto de estudio, ofertas de heladeras y sommiers en vista. Hasta la lista del súper estaba hecha a la espera de que alguien la dejara con un imán en su heladera. Y bueno, yo seguí acumulando objetos, después de todo parece que es lo que mejor me sale. Y me puse bruta e impulsiva, que es lo que pasa cuando la ansiedad se acumula y está a punto de estallar. Para mi suerte, en lugar de disparar para cualquier lado, esta vuelta me contuve y logré un uso provechoso de la energía: tenemos cama nueva, aunque guardada en algún depósito a la espera de encontrar un techo que nos resguarde.

La búsqueda continúa. La energía no se pierde, se recicla y se renueva.

06/01/2011

Por qué será...


...que una imagen vale más que 1000 palabras?
...que tenemos una obsesión irracional por la perduración de las imágenes, de los objetos?
...que el miedo, la incomprensión y la incomunicación parecen ser las causas más frecuentes para el fin de las relaciones?
...que no ser egoístas, aunque sea en una mínima medida, resulta imposible?
...que me olvido? y no me acuerdo, aunque quiera y lo intente. 
...que siempre es más fácil definir por comparación y en contraste que buscar las propiedades específicas que hacen a un objeto, situación o sentimiento?
...que me salto los ejemplos cuando leo teorías?
...que no me acuerdo de los sueños y cuando me acuerdo prefiero olvidarlos?
...que a veces da la sensación de que la sensibilidad se va perdiendo de a poco?
...que necesitamos tanta protección? en todo y de todos.
...que a una noche de estrellas sigue un día de grises?
...que estoy tan cansada antes de empezar a leer o a escribir? 
...que cuando me enojo con Alguien o conmigo trato mal a los demás?
...que a la primavera le gusta ver estornudar a la gente con alergia?
...que las miradas fijas de los cuadros y las fotos persiguen obsesivamente a sus espectadores?
...que siempre queda más por conocer?
...que siempre hay algo que se puede mejorar?
...que una sonrisa o el calor de un abrazo pueden dar vuelta un día?
...que con los dedos de una mano cuento a quienes nos gustan los caramelos media hora y todavía se siguen fabricando?
...que las preguntas, las dudas y las inquietudes siempre superan a las certezas y las seguridades?

y así, un etcétera infinito de preguntas a las que aún no encuentro respuesta.

Y sin embargo se sigue... con el miedo, la incomprensión, los desvaríos, con la ilusión de que sí, se puede mejorar, que algún día algo más se llegará a entender y ganaremos certezas, para abrir la puerta a las dudas nuevas que siempre seguirán teniendo su tiempo para llegar.

03/06/2010

Para empezar a despedirnos mutuamente

Episodios de ayer, de hoy y de siempre, síndrome de la ansiedad hipercompulsiva, manifestación palpable: la nostalgia anticipada.

Te acordás de que el otro día te conté, muy preocupada, que había estado pensando en el momento, ese que todavía no vislumbramos, en el que vos y yo ya no nos miremos como nos vemos hoy y nuestros abrazos no sepan igual? Me odio por eso.

Julio va a ser duro. Asistiré puntual a las despedidas. Prometo intentar no esperar regresos. Cuando vea la luna, me voy a acordar del sol que los ilumina, me voy a sentir muy cursi y voy a pensar en las lecturas, las meriendas y las caminatas. Hoy colonizo el futuro para evitar que ataque el presente (el valor ridículo de la certidumbre).

Mientras tanto pasa junio, que no acaba de empezar y yo ya lo doy por terminado. No hay caso, yo sigo siendo yo.

09/04/2010

De por qué soy como soy





H: -Mejor cambio el regalo, ya se me ocurrió algo mejor.

Mamá: - ¿Qué cosa?

H: -Un álbum de fotos hecho a mano, con momentos de los últimos dos años.

Mamá: -No entiendo, ¿cuál es la utilidad de eso?


Y así, me criaron. 

31/03/2010

Salud a mí


Hace 2 años, cuando saqué esta imagen , el único elemento que tenía algo que ver con la suerte, en esta habitación, eran esos dados. Hoy, mi llavero cuenta con la presencia de un duende que me resguarda de malos presagios, una de mis repisas alberga a una gallina de cresta transparente con un dado naranja en su estómago y, recientemente, se sumó al paisaje una lechuza diminuta, por si las moscas.

Enrique sigue igual, ya no lo descuelgo de la ventana que le fue asignada, la que mira al norte. En la que da hacia el sur está Sveo, otro inmigrante ilegal, de origen dudoso, pero que llegó a la casa en un vuelo procedente de Suecia, tras hacer escalas más o menos prolongadas en España, Francia y Buenos Aires.

Los perros se separaron. Es que creí que había hallado al amor de mi vida sentado en un bar, esperando a que yo me acercara a conquistarlo con las pocas palabras de euskera que sabía. A los pocos meses recordé que yo no creía en amores de la vida, y reconocí que quizás había sido un poco precipitado ceder uno de los canes bajo la promesa de un futuro reencuentro.

La rosa sigue estando sujetada por los delfines, sólo que ahora la acompaña otra flor, aún más artificial, que se sumó en algún punto del recorrido. La rana se se ubica al lado del perro solitario, y comparte espacio con la gallinita, una ardilla cosmopolita, un toro malagueño, un pequeño trol sueco, un tigre vasco y una zarigüella noruega que está lista para zambullirse en la pileta.

Sumé un estante de medios de transporte. El original es un modelo que se parece a Bonky Boo, ahora lo acompañan un tradicional Ford A de madera y un botecito de Playmovil capitaneado por un pirata y su secuaz, un granjero. Alguien se dio cuenta de que me gustaban las ovejas (me fascinan), y, como es imaginable, ya hay un par dando vueltas por ahí.

Veo más colores, algunos cerámicos, una paleta improvisada en telgopor con restos de témpera fucsia y verde. Al otro lado de la habitación, una lámpara de pie turquesa que suele hacer las veces de perchero. Tengo un vaso plástico con estrellas rosas flotando en sus bordes y un pato de hojalata que anda en bicicleta cuando le doy cuerda.

El resto lo guardo en cajas de zapatos vacías. O son papeles entre los libros, que también crecieron en cantidad.

Mariana, mucho gusto. Casi 24 años de edad

25/03/2010

Yo construyo


Me he dado cuenta de que mi ego anda herido.

La sinapsis falla. La cabeza está por el piso, los pies a veces no responden. Además, he perdido gran parte de mi capacidad expresiva. A veces ni queda la sintaxis. Más evidente, aún, es que estuve de viaje por tierras hermosas, pero el retrato que elijo para ilustrarlo es interno.

Esta es la isla de los inventos (Rosario). La tarde fue un retorno a la infancia entre legos y pócimas optimistas, arquitectura revisada con edificios modernistas en madera y una casa con techo a dos aguas de hierritos que aprendí a soldar -con puerta y sin ventanas, todavía me falta cancha-. Jornada que cierra con la flor que bordé en una manta colectiva de recuerdos.

Lo visto es que no inventé nada nuevo, tampoco. Pero construí, uní piezas. Y mirá que es retorcido llegar a lo positivo entre adverbios de negación y nexos adversativos, pero se llega. Al menos el título de la entrada es asertivo.

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Tengo un ego que necesita curarse y estamos tratándolo por medio de diferentes terapias. Queda el lector advertido frente al contenido de futuras entradas.

19/10/2009

la ley de los tercios

Nunca estudié fotografía, aprendo de ellos que saben un poco y me guían y me critican y me analizan y me cachetean y, a veces, también me felicitan.

Digo que saco fotos porque toda la vida me dediqué a mirar sin participar demasiado de lo que veía y un día me di con que mi memoria no era infinita y estaba perdiendo retratos. Digo que saco fotos porque me parece una forma más participativa y menos egoísta de mirar, porque me permite compartirlo. También saco fotos porque me ayuda a tomar distancia de lo que pasa, a reflexionarlo y a reflexionarme, a desnaturalizarme. Saco fotos porque es para mí una forma de proyectarme hacia afuera, una catarsis que gozo.

Saco esta foto porque una vez mi amigo Lucio me quiso enseñar de composición y me explicó de las líneas invisibles que iban a ayudarme a plasmar mis ideas con mayor facilidad. El domingo pasado vi las líneas bastante claras y no tuve muchas opciones, así que retraté y después sobresignifiqué el contenido. Podría haber elegido que los árboles terminaran fuera de cuadro, pero no. Las tres líneas llegan hasta un punto y se cortan, y las tres líneas vienen relativamente desnudas y los troncos están bastante secos por la sequía.

Mi optimismo quiere verlos tupiditos, como a los árboles más bajos, y quiere verlos infantilmente infinitos. Parece que por ahora no se puede, pero no abandono las esperanzas.

Digo que sacar fotos es también una herramienta para el cambio en la visión de realidades y en la construcción de los mundos posibles. A mí me gusta abrir puertas, dibujar ventanas, regar enredaderas a ver cuán alto llegan, delirar un poco con las palabras y cada tanto pincharte y pincharme a ver si todavía seguimos reaccionando.

Tomalo como una invitación, pero, y por sobre todo, como una incitación.

24/06/2009

Del género y la incomprensión 2

Ella transita por las líneas paralelas y curvas que un día se volvieron un poco circulares, sin principios ni llegadas.
Él la sigue mirando ir y volver, andar a campo traviesa, tropezarse una y otra vez con la misma piedra con plena intención.
Ella perdió el registro de lo que alguna vez fue él para ella. Va y viene, y se tropieza con cierta frecuencia con piedras y fisuras que le suenan conocidas, a veces lo nota en la distancia, pero decide acercarse igual, y cuando se da cuenta ya es demasiado tarde. Ella no lo recuerda del todo, pero sabe que no lo quiere de vuelta, no en el mismo lugar de siempre.
Él sigue firme. No emite palabra, sus oídos tampoco acusan recibo. Cree que si permanece en el mismo lugar, ella alguna vez volverá a pasar por ahí y todo volverá a ser como antes.
Ella sabe -con una certeza que parece apabulladoramente absoluta- de algunos de los caminos por los que ya nunca más transitará.

12/06/2009

De gratitudes y gratuidades

Pido disculpas por la ausencia? No. La menciono y es suficiente. He estado mirando y retratando, pero de otro modo. Hice de este un año visual, algo de eso puede verse por aquí. Me tomé una tregua de otras formas de escritura, quizás sea tiempo de volver. Es suficiente.

A aquel que esté interesado puedo comentarle en pocas palabras que mi Rosas cayó por su propio peso, que siempre nos controló a los subversivos y que yo terminé viviendo en un exilio cercano, retornando eventualmente en busca de una muda de ropa a un espacio del que nunca llegué a apropiarme. Una vez más caí víctima y cómplice de mis propias trampas mentales, sonrío sin remordimientos.

Mi recorrido me lleva a un territorio cultural muy distinto. Aquí no hay lugar para próceres, ni se aceptan nuevas guerras civiles. Se vive la chabacanería. La imagen me muestra en un día de humor fácil, sin sutilezas. Llegué al verano y el calor nunca fue aliado de mis rebusques. Mala suerte, pero por elección propia.

Readaptarme a mí es la tarea.

20/02/2009

Espación de reafirmación personal


No me voy a caer. 
Aunque el camino aún no ha sido pisado, aunque no pueda divisar el final del puente, aunque es más que evidente que se trata de un espacio de transición, de un camino entre una y otra orilla, aunque las barandas estén resbalosas, aunque haya agua congelada fluyendo bajo la capa de hielo, aunque no haya huellas marcadas cuyo rastro seguir. 

No me voy a caer. 

Nótese que he hecho de este bosque mi templo y refugio, mi espacio de retiro espiritual. 

31/12/2007

Vase

Se me fue la mano con el sacapuntas. Pero si son igualitos... nah, qué van a ser iguales, más vale que empieces pensando que van a ser diferentes, aunque parecidos, sino guarda la que te espera, imaginate tener gemelos en diferido. Uy, y si fueran siameses? nah, qué van a ser siameses, eso es como lo de las realidades paralelas y nah, para eso refugiate en tus sueños. Dreamer.

Y así quedan al final? Sí, así, y a veces más gastaditos también. Y pinchan y se quiebran y se los afila y vuelven a pinchar. Duelen, a veces. Pero son moldeables, maleables, asibles... si se es cuidadoso en el trato. Brillan.

El enano a la repisa (o a la basura) y el gigante a gastarlo, que para eso se vino.

Fuime a buscar el sacapuntas, nos vemos en el escrito que viene.
 
 
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