Hace 5 semanas
6 de abril de 2010
El del tamboril
Era domingo, y el sol pegaba violento, las bicis iban y volvían por la calle. La feria se había instalado cerca del club náutico del pueblo y el agua del mar, que todo lo rodeaba, ayudaba a que el calor se viera un poco neutralizado.
Él hizo el camino como si liderara a una troupe de tamborileros rimbombantes en un desfile de máscaras y saltimbanquis. Y yo, que pasaba por ahí en un día de retratos iluminados, lo acompañé en su ruta durante unos metros que fueron una vuelta, en años, a una infancia de cotillón que no sé si alguna vez habré tenido, pero que, seguramente, varias imaginé.
Después, seguimos por separado. Cada cual en su mundo de fantasmas y fantasías.
Etiquetas:
vemos (a veces)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 pinceles hicieron su aporte:
¿De qué pueblo, a orillas de qué río, Mariana?
Sí... a veces, vemos.
Hondarribia, País Vasco. A orillas del Mar Cantábrico, a fines de agosto del año pasado.
qé lindo!
qé afortunada uste'!
exprima nomás
alguna solución debe de haber...
y tengo q probar todas hasta encontrar la que funcione
Gracias por tus palabras tan bonitas y sinceras en mi blog... gracias por estar ahí... Tu comentario me lleno de alegría... me robó un par de sonrisas...
Me parece muy lindo lo que contaste en la historia... ese fragmento donde uno momentáneamente acompaña y es acompañado por alguien... y de pronto cada uno sigue su ruta...
Seguimos en contacto!
Un fuerte y cálido abrazo!!
Momentos en que nos vamos por otro lado.
Es bueno si algo no lo vivimos, al menos imaginarlo, no? Pero no caer en la vida completamente imaginada.
Publicar un comentario