Este es el día del trabajo (o del trabajador?) en el que todos comieron y yo también, todos caminaron y yo también, todos hablaron y se escucharon y yo también.
Este es el retrato del 1º de mayo de 2008, día en que me declaro oficialmente desarmada, vulnerable, lista para ser atacada y/o devorada. Yo participé y me sentí participada.
Para regocijo del público lector, sépase que durante la primer jornada de mi vulnerabilidad oficial, mi organismo se sintió violado por la presencia de un resfrío poco habitual: mi nariz se deshidrató. No obstante, salí al ruedo nocturno y fui al encuentro de un Rosal (con bastantes más pétalos que el de la imagen), lástima que en el camino de vuelta me clavé una espina congelada que significó la usurpación doble (pero buscada) de mi salud.
Tras un fin de semana bastante mocoso, os saludo nuevamente. En adelante, sabremos disfrutar de jornadas de sol apacibles o de tardes al calor del hogar. Yo sé que sí.