29 de octubre de 2007

Buscados

Estas flores llegaron al living de mi casa el día 11 de septiembre, fecha simbólica si las hay. El florero, como en escritorio de maestra, siempre con agüita limpia para recibirlas.

Abrimos las cortinas del fondo, la alfombra se extiende verde, con una que otra florecilla pululando por allí.
En la imagen no. Su color, su disposición, el decorado escenográfico y hasta la utiliería de iluminación, revelan algo que no nos es mostrado.

Del otro lado del vidrio, el pólem y las abejas; las enredaderas y las hormigas; los tarcos y los horneros. Aquello que, libre de sospechas, se espera de la estación.

Señoras y señores, la primavera ha sido robada para luego ser depositada en un frasco sin tapa, justo en el centro de la barra del living de mi casa.

Sospechosos y soplones, favor de presentarse lo antes posible en la zona del delito. Se ofrece recompensa.

26 de octubre de 2007

Una de monadas

El motín se acerca. Camuflados entre las ramas, el grupo de morenos espera la señal para lanzarse al ataque. La guerra de guerrillas se aproxima y sí, será sin cuartel.
El otro, que somos nosotros, no puede presentirlo, es que a costa de la razón perdió el instinto y la percepción.

Los titulares ya fueron escritos, sin fechas ni montos. La tinta se recalienta mientras llega el momento.
Está previsto, en la Reserva, un día, las condiciones estarán dadas para la Revolución. El grito será unánime y el choque será fuerte.

Tras su lectura colorada, el joven de la derecha diserta al vacío que, aparentemente, no ocupan sus compañeros.

Presumiblemente, ignora las causas de su futura derrota. ¿Gracias, Jean-Luc?

22 de octubre de 2007

Se hizo la luz

¿Para qué sirve una lámpara si no es para iluminar?

En mi habitación hay, además de algunos de los personajes ya conocidos (Tito, Enrique), una lámpara desfocada.
La lámpara en cuestión llegó a mi casa el mismo día que el mariscal y, desde el principio, mantuvimos una relación complicada. Sabe que me fue dada, que no la elegí y, siguiendo la costumbre instaurada por los otros, se rebeló.

El primer foco que le puse, se quemó a la semana. Mala suerte. El segundo, ya de bajo consumo (siempre plegada a las causas nacionales), duró un par de meses. A cualquiera le puede pasar, vino fallado, la lámpara no tiene nada malo. El tercero, previo cambio de la marca del bajo consumo, simplemente explotó. Fiel al saber popular, decidí no tentar a mi suerte.

La lámpara se mantiene como el único objeto en mi habitación no-víctima de mi torpeza. Permanece en su rol decorativo, objeto de culto entre el portarretratos y el despertador.

La lámpara se erige, ahora lo veo, como símbolo revolucionario instituido y bien utilizado: atentados contra la lógica racionalista (e iluminista) que alguna vez pretendí establecer.

19 de octubre de 2007

Pisar o no pisar

He de informar al público lector que el exponente de la derecha ya no existe. El último ejemplar del invierno 2007 dejó de acompañarnos. Su estado de putrefacción natural se sumó a las adversidades climático-erosivas que la fueron debilitando paulatinamente. Los canes del hogar agilizaron su paso al otro lado, poniendo fin a su martirio. Fue rápido y doloroso.

La hoja tuvo una historia que no nos interesa. Si bien no la conocí sino hasta entrada en la plenitud de su vejez, por respeto, me negué a ser yo quien la hiciera crujir por última vez.

Dilemas existenciales en la infancia si los hay. Por un lado el crunch glorioso al acostarme en las camas de hojas, por el otro la imagen de cadáveres humanos pisoteados por elefantes. Un cielo de nubes ásperas no resuelto y quince años después, la sesión semanal de terapia.

Los chicos de hoy ni pisan hojas, ni hacen colchones secos. Así, su esperanza de vida (de las hojas) se alarga sin ninguna utilidad, apareciéndose como elementos extraños en los plenos verdes de la primavera.

Como todo, terminarán por naturalizarse a/en este mundo transgénico, hasta encontrar un lugar (aunque más no sea, en las fauces de las bestias salvajes).

16 de octubre de 2007

Evolución - al derecho y al revés


Este cartel y yo nos encontramos hace una semana, a pesar de llevar años cruzándonos todos los días. Darwin con opción, legal, para cambio de sentidos. Me tomo las libertades.

Más que los años con muchos ceros entre los pitecus, los habilis y los sapiens, la insignificante variación numérica en los centrímetros cúbicos de la cavidad craneana de uno y otro (he ahí el salto cualitativo) y algún eslabón que se esmera en seguir jugando a las escondidas a pesar de que ya cantaron piedra libre, nunca supe demasiado de la evolución de la especie.

Desde él, se habló de determinismo genético y por si a alguien no le convencía, agregaron el determinismo social. Complementadas, explicaciones muy satisfactorias para describir el malestar de la sociedad.
Después, me enseñaron que el concepto de raza se había abolido (científicamente probado), pero yo no lo aprendí (o, por lo menos, no supe verlo representado).
Ahora, ya no se habla en términos deterministas, en cambio, existen marginación, exclusión, falta de integración, estudios poscoloniales, multiculturalismo... (y sí, estoy mezclando naranja con cebolla, pero todo cobra sentido).

Prohibido girar en U. Igual, sabemos que, todos los días pasa.

12 de octubre de 2007

Sopa de caracol



Este es un post contra la burocracia cotidiana de los vuelteros y en favor de la gente directa que, sin alejarse demasiado de sus personajes, manda sus cosas al frente.

La mayoría de la gente vive montada a escaleras de caracol. La mayoría de la gente anda buscando el último escalón, el que termina en el cielorraso. La mayoría de la gente solo piensa el modo más fácil de alcanzar esa estrella. Los descansos, donde alguna vez se jugó seguir o parar, se pierden en la respiración sin compás de quien los pasó de largo, sin siquiera mirar.

Las conchas de los caracoles de las escaleras son todas espiraladas. Las vueltas ya se venían dando, uno le entró así y... ya siguió. Adelante, siempre hacia adelante. Es que las curvas se volvieron rectas y se mandó quinta porque el camino estaba llanito. Así, se hace fácil cinturear cualquier tipo de accidente geográfico.

No me imagino vivir en un mundo de escaleras lisas, será cuestión de aguzar el ojo? Estas escaleras (mis escaleras), al principio, chocan. Pasado el shock, se revaloriza el lugar del descanso, se amplía su entorno y, cuando hay que echarse atrás, se aprende a usar el retrovisor.

Algún que otro amigo me habló del elitismo de las escaleras lisas, sostiene que no cualquiera las banca. Yo aspiro a su democratización, socialización y puesta en marcha como plan social al alcance de las masas. Mi médico me asegura que disminuyen el estrés y bajan la probabilidad de problemas cardíacos. Es que cuando vamos de frente, además de angustia y ansiedades, nos ahorramos malos entendidos.

Propongo, desde este espacio, desnaturalizar las curvas allanadas y superar los aparentes no-obstáculos de la falta de rugosidad. En cualquier caso, es obligatorio llevar prendidos los faros de posición.

8 de octubre de 2007

El juego del tesoro

Lo lindo de los troncos y las raíces es que son puros matices. Cambian de aspecto, color y textura según cómo se posicione el observador. A veces los veo y pienso sus formas, me apropio de ellas y me cuento sus historias.

El otro día, no vi el final. Eso estuvo bueno. Vi las raíces subir y después bajar. El verde se hizo marrón a lo lejos y también de cerca. Se cruzaron de costado, frente y perfil.

En una de esas, pensé dejarme cruzar, mimetizarme con el juego y, como quien camina, echar un par de raíces... Por suerte, la edad me pudo y consideré más apropiado, al momento, no pasar de planta parasitaria, del tipo de las aéreas: a veces parando en los cables, otras por las ramas, pero volando y, mejor, viviendo de las ráfagas. Simpática la nena.

Igual, hay raíces y troncos y, también, tiempos y temporalidades... Digo, algunos más firmes que otros, más resistentes, flexibles, secos, rugosos. Ingredientes válidos para todo tipo de aprovisionamiento, transitoriedades vigentes según la expectativa generada.
Como siempre, los cruces los ve un observador que mira algo para alguien por algo. Yo miro los troncos, desde nunca, para encontrar.

Por la búsqueda de búsquedas, salud!

5 de octubre de 2007

En la trinchera


Este es el Lolo, también conocido como Bernardo y, según revelan las últimas encuestas, llamado Benedicto por los menos. En este juego de personajes ha optado por el rol de pícaro, pendenciero y renegado.

El Lolo vive más allá de la hilera doble de alambrado que delimita la frontera de mi hogar. En algún tiempo, supo estar de este lado, pero la fuerza de las circunstancias lo obligó a cruzar la línea. Para él, su forma de vida es puro altruismo. Es un alma libre, como el viento (obvio), que vaga por las calles disfrutando de experiencias asombrosas que de otro modo no podría alcanzar y, por si eso fuera poco, su función es fundamental en esta sociedad: se encarga de despertar el instinto de la solidaridad en los vecinos del barrio que debemos unir fuerzas para alimentar sus días.

Mi verdad, el Lolo es un ser egoísta y descorazonado. No sabe compartir y necesita la atención constante de los otros sobre si ...y eso de la solidaridad... término bastante optimista para referirse al chantaje puro y duro.

El Lolo, previo amparo de la memoria selectiva, se olvidó de toda una serie de factores que confluyen alrededor de un viento para que éste pueda vagar libremente. Mientras tanto, anda por ahí haciendo uso y abuso de lo que, a sus ojos, es contingente y azaroso.

Pobre Lolito...

2 de octubre de 2007

Cuenta corriente

Llegan, toman una mesa, se acomodan. Piden una carta, eligen su cena, hacen cálculos, modificaciones, la encargan. Llegan la cerveza y el maní, se sirven y continúan la charla. Una está cansada, la otra deprimida y la tercera exaltada. La charla? bien, gracias.

Orden del día: anécdotas recientes, silencio incómodo, preguntas capciosas, argumentaciones esperadas (que no esperables), preguntas retóricas, cierre y abrazos. Contenido específico: la primavera, lo efímero, la actitud, el miedo, la y las distancias.

Conclusión del cierre: la flor de lapacho, entendida com LA flor de Tucumán, en su esplendor, cautiva. La flor del lapacho cae prematuramente, incluso antes de que empiece la primavera. Ellas se creyeron parte del lapacho y vieron la copa vacía. Se retiraron.

Conclusión de la exaltada (poscierre): a veces la primavera se transforma en EL sueldo del mes que viene, ése que ya llega, ése que se espera. Para ir tirando, mientras tanto, se saca algún que otro adelanto. Primero de mes y la cuenta corriente marca 0, otra vez.
 
 
Copyright © Retratos u Obsesión
Blogger Theme by BloggerThemes Design by Diovo.com. Premium Wordpress Themes | Premium Wordpress Themes | Free Icons | wordpress theme
Wordpress Themes. Blogger Templates by Blogger Templates and Blogger Templates