31 de agosto de 2007

Hay café café!

Debilidad, obsesión, manía, placer... llámenlo como gusten: difruto de tomar café y mucho, claro que siempre en cantidades medidas, todavía controlo el vicio. Situada en mi rol de buena consumidora, debo reportar que he asistido pasivamente durante los últimos meses a los aumentos de los que hemos sido víctimas en todo tipo de punto de venta. Este fenómeno me ha llevado a tomar conciencia de la heterogeneidad existente en los precios del producto de acuerdo al lugar de consumo. No es mi intención, en este post, denunciar la inflación sino hacerles llegar mi breve reflexión acerca de "puntos de distribución" de café y su costo en función del público al que tales puntos buscan o deben dirigirse.

Bar en librería del microcentro _____$5,50
Bar sobre la Plaza Independencia ___$3,25
Bar sobre la peatonal Muñecas _____$2,75
Bar de juegos tradicional sobre la 24 _$2,50
Bar de Facultad de Odontología_____$2,00
Mesa de Filosofía y Letras _________$1,25

Lo primero que salta a la luz es la amplitud existente entre los extremos. Una conclusión apresurada me lleva a postular que en cuanto uno obtiene su título sus ganancias pasan a ser lo suficientemente altas como para poder costearse un café 3 e incluso casi 4 veces más caro y no por eso más sabroso. Será que los intelectuales o aquellos que en general gustamos de la lectura tenemos fama de obtener altos ingresos?
La heterogeneidad de la breve lista de precios expuesta se debe no solo a razones de ubicación o de jerarquía de servicios sino a que estos existen en función del público que se pretende sea consumidor de ese bar o, en el caso de las facultades, del público ya dado a sus pasillos.
La diferencia que se plantea entre el de $5,50 y el de $3,25, me significa un ejemplo interesante al respecto. Entre un bar y otro no hay ni 100 metros de distancia y la ubicación, vista y servicios del segundo son, sin lugar a dudas, mucho más atractivos para el público en general que el bullicio del primero cuyas únicas ventajas son los libros al alcance de la mano y, he aquí el peso del mostrarse, el estatus / prestigio de ser visto en tal lugar con X cantidad de libros sobre la mesa o discutiendo acalordamente entre marcos gruesos y humeantes tazas.

Invito a los lectores a aportar su opinión al respecto, espero también aportes respecto a los precios y prometo incorporar más entradas en la lista.

27 de agosto de 2007

Adiós a las armas

Pasé parte del invierno lloriqueando por un pasamontañas que no me dieron. Suelo pasar gran parte de los inviernos lloriqueando por pasamontañas que nunca llegan. En cambio, tengo tres bufandas (falta la colorada que este año se tomó vacaciones) y un pañuelo. Así es como lucen hasta el día de hoy. Mañana o pasado ya no van a estar más ahí. Cual serie televisiva de vacaciones, la temporada llega a su fin, sus 13 semanas de gloria están terminando y nadie por aquí pide bis o episodio doble y cargadito para el cierre.
Es cierto, el invierno tiene sus postales gloriosas y sí, suele ser más soportable que el calor.
Mi papá nos rebate a los que sostenemos esta premisa, resulta que nosotros no sabemos lo que es vivir en un lugar verdaderamente frío, y a continuación nos deleita con sus exquisitas anécdotas de juventud dorada en Iowa.
Yo, por mi parte, creo que hay una diferencia sustancial entre vivir en un lugar verdaderamente frío pero acondicionado para tales temperaturas y vivir en un lugar al que, siguiendo la clasificasión de mi padre, podríamos llamar "pseudofrío" o "no verdaderamente frío", pero acondicionado para el antaño usual clima subtropical.

Más allá de recordar que el cambio climático nos afecta a todos y de mostrar que la tecnología por casa no está al pie del cañón, mediante este sencillo homenaje quise despedir a las inseparables compañeras de las últimas semanas. Las bolitas de naftalina ya las esperan dentro de alguna valija en lo alto del placard. Sea.

24 de agosto de 2007

Primavera explota


Es un orgullo para mí presentar en sociedad los primeros azahares '07 del naranjo de mi jardín. Un mes antes de lo previsto por el calendario, algunas plantas toman postura y se solidarizan con mi pedido.
Como bien puede observarse, he captado un momento único: las bolitas verdes (cuyo nombre Wikipedia puede informarles) están comenzando una "erupción" de pétalos, de ningún modo me tiembla el pulso, como podría parecer a primera vista.
Vaya un milagro de la naturaleza!

Y así es como cada vez estoy más cerca de caer en la contemplación romántica del mundo de la que tanto me quejo.

Mis queridos lectores, he cruzado la puerta para salir al jardín y estoy a sólo un portón de la calle.
Veremos qué nos depara la lente.

20 de agosto de 2007

El radiador


Lo confieso, me dejo seducir fácilmente por las líneas y las sombras.
Esta foto tiene sólo ése poder en mí. No responde a ningún estado de ánimo ni implica ninguna historia particular.
Qué decir del radiador en sí. Éste ni cumple su función, está roto. Podría decirles que mi cuarto es un cubito desde principios de julio gracias a eso, pero en realidad se debe a mi exceso de vagancia. Afrontémoslo, a quién no le resulta más cómodo pasar por un kiosko y comprar pañuelitos descartables y una cajita de bayaspirina C una vez cada tanto que llamar a un electricista y clavarse toda una mañana para intentar cortar con el problema de fondo.
A esta altura del invierno, hasta he descubierto trucos insospechados para la conservación del poco calor que me llega (el que robo de la estufa de la planta baja). Por consejos útiles, no duden en consultarme.
Supongo que en breve, cuando una día me levante y la primavera ya esté aquí, será un buen momento para llamar al especialista.
Mientras, sigo disfrutando de sus rectas líneas curvadas.

17 de agosto de 2007

Vista invernal - Llamado a la solidaridad

Esta es la vista de la copa de un arbolito de mi jardín desde una de mis ventanas. Este es un retrato propio del invierno: deshojado en un fresco día de sol con la gente expectando desde la ventana. De aquí a un tiempo espero subir el mismo espacio pero que a la vista ya no sea lo que es.
Este es un post que espera y clama por la primavera.
Nos gustan (a mí y a Tito) las tardes de sol al aire libre de alguna placita, inhalando ese sutil aroma a hormonas tan propio de la estación.
No desestimamos las tardes de películas al calor de los leños pero exigimos a esas temporadas brevedad y concisión.
Nos manifestamos unánimemente a favor de las temperaturas cálidas que no piden bufanda pero tampoco llaman a la transpiración.
Mediante este medio y ante quien corresponda, dejamos constancia expresa de nuestros deseos.

Tito y yo estamos comenzando a entendernos.

12 de agosto de 2007

Rejas


Tengo tendencia a borrar los límites entre lo metafórico y lo literal. Suelo perderme en las cavilaciones de lo figurado.
La libre asociación de ideas siempre me pareció un método de lo más motivante a la hora de salir a caminar y aunque siempre tenga el mismo recorrido exterior, los caminos internos rara vez siguen huellas.
Este no es un post depresivo, aunque sí revelador de la opresión en la que a veces me siento embargada. Un poco de incomunicación, un poco de la propia soledad.
Allá la luz, en la sombra yo. Será cuestión abrir la persiana y ponerse a limar!

11 de agosto de 2007

El mariscal Tito

Compartimos habitación hace cerca de dos años. Le guardo un gran respeto que casi llega al temor. Es el protagonista de la historia que aún no escribí... un levantamiento dentro de mi habitación, comandado por él, claro.
Tito tiene un gran poder de reclutamiento y por eso, porque me da miedo que mis cosas se tornen contra mí, es que prefiero mantenerlo al margen. Su lugar está en el espacio que queda entre el vidrio y la reja. El vidrio, como demuestra el reflejo, suele permanecer cerrado. La luz del sol y el rocío son lo que lo mantienen con vida.
La razón de su revolución está clara, no? alterar el orden de cosas al que lo tiene sometido su par cohabitacional, que vengo siendo yo.

10 de agosto de 2007

Espejo inaugural

"... este espejo atraviesa todo el campo
de la representación, desentendiéndose
de lo que ahí se pudiera captar, y
restituye la visibilidad a lo que permanece
más allá de toda mirada."

Las palabras y las cosas - Michel Foucault



Muchos se han preguntado si acaso es posible hacer del lenguaje un instrumento que refleje la realidad. Sobrados son los argumentos que tengo para demostrar que esto no es posible y apuesto a que los límites de mi mundo van más allá de los límites de mi lenguaje.
No pretendo reflejar ni representar la realidad, solo quiero jugar un rato con mi cámara y compartir mis perspectivas con quien se acerque. Espero sepan tomarlo como de quien viene...
 
 
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